miércoles, 2 de febrero de 2011

Barcos de papel

Les dejo otro poema, mientras seguimos grabando el disco, escribiendo más versos y descubriendo a diario lo maravilloso que puede ser el simple hecho de vivir. Deseo buen descanso a quienes tienen vacaciones, y aquellos que siguen trabajando, que sus labores los llenen de satisfacción y de ánimo para seguir adelante y mantener siempre a flote nuestras frágiles embarcaciones.

Suerte a todos.


Barcos de papel

Barcos de papel,

como hojas, como vientos,

arrancados del diario de ayer,

de las recetas de cocina,

del dintel.


Y en la cocina vuelven y giran

para sobrevivir,

estos barcos de papel:

la succión de la bañera los atrapa

y los asusta.

Los queman.

En los suburbios,

en las favelas,

los barcos de papel hacen maromas

para atarse a los cañones de las armas

y no sucumbir, cuando el fuego cruzado

silba por sus velas,

hace temblar los mástiles

y agujerea sus gavias.


Admiro a los barcos de papel.

Ellos van y marchan, estoicos,

por las aguas dulces de Ródano y Saona,

por las baleadas del Mar Muerto,

las abiertas del Rojo

y las extensas del Nilo.

Van y cruzan, valientes,

los caudales amazónicos.


Como algunas cruces de color,

los barcos de papel entran a todos los conflictos,

neutrales, perfectos,

con señal de claro rumbo

y viento siempre a favor.

Ni aun se dejan tentar por las chapas,

que arrojadas de las botellas

presumen de su velocidad

cuando bajan por los canales, raudas.


Ahora que uno encalló sobre mi cama,

su flotilla me acompaña siempre,

y los pequeños marineros cantan,

a coro, canciones que cuentan

historias de mar y de sirenas.


Son buenos muchachos:

siempre cantan canciones de paz.